Sin lactosa pero llena de sabor


Elección de la fruta: tu hijo puede llevar cualquier fruta al colegio, lo importante es que le guste. El kiwi, el mango, el melón, la sandía y la guayaba suelen ser muy agradables porque son más suaves y dulces. También es más fácil trocear estas frutas y crear porciones con las cantidades que cada niño está acostumbrado a comer cada día. La mandarina, ya pelada, es otra gran opción.

Para conservar: para evitar que frutas como la manzana, el plátano y la pera se oscurezcan después de ser cortadas hasta la hora de la merienda, no olvides exprimir unas gotas de limón o naranja sobre ellas, el ácido ascórbico de los cítricos evita la oxidación.

Versión bebé: A la hora de elegir las verduras, elige las pequeñas como los tomates cherry o las zanahorias. Son fáciles de almacenar y también llaman la atención de los niños. Para evitar atragantamientos, sirva estas verduras a niños a partir de 4 años. A partir de los 2 años, los pequeños ya pueden masticar algunas verduras crudas, pero es importante estar siempre atentos.

Medida justa: lo ideal es poner las frutas y verduras en tarros de 250 gramos. Puedes mezclar distintas frutas en cada ración o también puedes preparar un puré con caqui, pera o manzana.

Al almacenar: las frutas picadas deben enviarse en frascos para evitar el contacto con el aire. Si envía frutas enteras, colóquelas también en frascos o envuélvalas en film transparente, ya que es más higiénico.

Lonchera ideal: como las bayas tienden a estropearse fácilmente, siempre prefiere enviar el almuerzo de tu cachorro en loncheras térmicas. Las que tienen compartimento para hielo, podrás conservar aún mejor al papi de tu cachorro. Ah, y no olvides limpiar bien la fiambrera después de usarla.